LA TAREA DE EDUCAR.

LA TAREA DE EDUCAR.

La tarea educativa de un niño es difícil. Ayudarlo a que se convierta en un ser maduro, satisfecho consigo mismo y encajado en el mundo y en la vida que le toca vivir, es una de las tareas más complicadas que uno puede plantearse. Ante todo, el niño se forma y aprende a partir de lo que vive;  de ahí la importancia del ambiente en que se cría, que depende prácticamente de los padres. El ambiente “ideal” para la educación de un niño y los pasos a seguir serían:


1º Hacer que el niño se sienta seguro

2º Procurar que se sienta querido y aceptado

3º Huir de las amenazas, los castigos y los miedos

4º Hacer que poco a poco adquiera responsabilidades y enseñarle a ser independiente

5º Cuando manifieste sus instintos, no regañarle; comprenderle y, sobre todo, orientarle.

6º Evitar conflictos innecesarios, ser tolerantes y enseñarle a serlo también

7º No exigirle más de lo que pueda dar

8º No compararle con sus hermanos ni con otros niños. Evitar en todo momento crearle sentimientos de inferioridad.

9º Respetar sus sentimientos

10º Contestar todas sus preguntas con respuestas que pueda comprender

11º Afrontar junto a él las dificultades por las que pasa

12º Interesarse por las cosas que hace, aunque al adulto le parezcan insignificantes

13º Apoyar y potenciar su sociabilidad y su integración en el medio.

14º Favorecer y facilitarle todos los instrumentos que necesita para su progreso y maduración

15º Ayudarle a que descubra su propia identidad

16º Tener en cuenta que “un niño es un niño” y no un adulto en miniatura.
 
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El amor materno, como todas las formas de amor, se halla en ocasiones infundido de ...ira y resentimiento. Esos sentimientos son normales e inevitables. Los niños no son siempre motivo de alegría, por muy deseados que sean y por mucho que se les quiera. Los niños defecan, orinan, vomitan, lloran y gimen para exigir que se les preste atención. Exigen una supervisión constante, no pueden alimentarse ó limpiarse a sí mismos y sólo pueden entretenerse mínimamente. A medida que crecen, son emocionalmente más gratificantes en una gama cada vez más amplia de formas, pero también son verbalmente más exigentes y destructivos. Interrumpen las conversaciones, arrojan comida al suelo, derriban los jarrones y ensucian toda la casa de barro. Cuando finalmente son lo bastante crecidos como para asumir alguna responsabilidad por sí mismos, pueden llegar a ser insolentes, arrogantes y desafiantes. Se supone que los padres  deben mantener un comportamiento equilibrado y cariñoso a través de todo eso ...
 
  Jane G. Goldberg
  “El lado oscuro del amor. El papel positivo de nuestros
   sentimientos negativos, ira, celos y odio”.

                  

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