¿Hijos problemáticos o padres disfuncionales?



El ámbito terapéutico se llena de modas, como muchos otros aspectos de la vida cotidiana. Moda del psicólogo en las instituciones educativas, y ahí iban varios colegios consiguiendo sus respectivos psicólogos. Moda en la terapia de pareja, y ahí van muchas relaciones al consultorio psicológico para encontrar alternativas de solución. Moda en la intervención del psicólogo en el ámbito educativo, y ahí iban los padres a consultar con el profesional o en algún libro. Moda en la terapia familiar, y ahí van diversas familias. Y ahora, moda en llevar a los hijos "problemáticos" a consulta, para descubrir qué es lo que tiene; y claro, los papás "preocupados" lo llevan porque quieren que lo "compongan" o algo así, por el profesional dedicado al área de psicología.


He escuchado, en infinidad de ocasiones, que los niños actuales vienen mucho más "despiertos", que la educación actual es mucho más difícil, y demás aspectos relaciones con la pedagogía familiar. Sin embargo, habría que abrir una nueva vertiente de preguntas en torno a ¿qué están haciendo los padres actuales que impiden una mejor educación en los hijos?


Hasta hace unos años, los padres tenían completa autoridad en la educación de los hijos. Si bien recibían consejos de sus propias familias de origen, en torno a sus pequeños, ellos tomaban las decisiones finales y lo que hacían, consideraban que era lo más adecuado para la formación de los infantes. Es cierto, no hay que negarlo, en varias ocasiones termina en agresiones que lastimaban a los más pequeños. Sin embargo, había familias que sin hacer uso de la violencia, eran capaces de educar a los hijos en el respeto. La autoridad del padre y la madre se imponía y no se cuestionaba. ¿Quién no recuerda que una mirada de mamá o papá era suficiente para cuadrarnos a sus exigencias?


¿Y ahora? Ahora ya nada de eso es "posible", dicen muchos que ahora tienen el rol de padres. La pregunta es, ¿en qué momento se perdió? Se difuminó en el instante en que los padres de familia actuales se dejaron conquistar con las muy diversas ideologías imperantes actualmente, especialmente, la negación del sufrimiento como parte esencial de la vida, sino una existencia hedonista y libre de este tipo de angustias. ¿Será posible?


Comencemos con el parto. En antaño, un parto ocurría en casa, rodeado de tus familiares y con ayuda de alguna partera de la comunidad que, si bien no tenía un Ph.D. en Harvard, su experiencia le había educado en las mejores maneras de ayudar a una mujer a parir. Y, claro, era un parto natural. Con los avances de las técnicas la cesárea hizo su aparición para ayudar a disminuir la mortalidad materna. Ésa era su objetivo en sus orígenes. Sin embargo, hoy por hoy es una alternativa que las mamás eligen para evitar el dolor, o los doctores optan por ser más rápido; muy a pesar de que son innumerables los beneficios, tanto para la madre, como para el neonato el nacimiento por parto natural.


Y luego se presenta el fenómeno de la alimentación. "Darle pecho" - como se dice cotidianamente - al niño tiene una cantidad impresionante de beneficios, no sólo a nivel físico, sino a nivel emocional; sin embargo, muchas familias, actualmente, están tomando la opción de darle el biberón a los niños desde los primeros días. Es cierto, en tiempos presentes muchos mamás se ven orillado a hacerlo dado que tienen que laborar, pero el fenómeno continúa aumentando constantemente. Hay que recordar un aspecto de suma importancia de amamantar al niño recién nacido: se establece un vínculo de cercanía con la mamá, no sólo a nivel físico, sino a nivel emocional; esto permite que la seguridad del bebé aumente y aprenda a reconocer a su madre. ¿Y si hay tantos beneficios por qué se ha dejado de hacer?


Regresamos al ámbito de la educación. ¿Cómo es la pedagogía familiar actual? Muchos de los padres de familia de los tiempos modernos se han basado en el "hay que darle lo mejor a nuestros hijos", "no quiero que mis hijos sufran lo que yo sufrí", "no hay que reprimir a los pequeños" y demás y más vertientes. Al final, todas ellos reflejos de una educación que busca eliminar el sufrimiento. Y cuando los padres de familia empiezan a quejarse de los niños uno tendría que llevar a preguntarse, ¿son los niños o son los padres?


Las preguntas empiezan a surgir, ¿de quién depende la educación los hijos? ¿De los abuelitos? ¿De las personas de servicio? ¿De las educadoras del maternal? ¡No! De los padres de familia, de papá y mamá. Si papá y mamá están cercanos; si consideran como parte integral de su formación la frustración; si no se le da todo, sino que se le enseña a valorar lo que se tiene; si más que tiempo de calidad, se le da tiempo; si los conocemos más que los demás; ¡vamos!, si somos padres, es muy probable que los niños llamados problemáticos, disminuyan.

Publicado por Edgardo Flores Herrera


Fuente:Blog Filosofía,psicología y logoterapia...

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