NIVELES PARA
LA DETECCIÓN
- Nivel 1.
Vigilancia del desarrollo.
- Nivel 2.
Detección específica.
- Nivel 3.
Derivación a los servicios especializados para la puesta en marcha del proceso
diagnóstico y programa de atención temprana.
Dentro de
los servicios sanitarios, los pediatras y enfermeros/ as de pediatría de
Atención Primaria, por su contacto continuado con los niños y sus familias, se
encuentran en una situación idónea para la detección temprana de estos
trastornos.
A
continuación se expone su labor en los distintos niveles de intervención.
NIVEL 1. VIGILANCIA
DEL DESARROLLO
Vigilar el
desarrollo infantil, de forma rutinaria, en las revisiones de salud del niño
(en la etapa de lactante, preescolar y primeros años de escolar). Esto implica:
1.
CONSIDERAR ASPECTOS PRENATALES Y PERINATALES CON MAYOR RIESGO DE TEA
Existencia
de un familiar directo con diagnóstico de TEA o epilepsia. Niño adoptado, con
antecedentes desconocidos o de riesgo. Síndromes genéticos relacionados con TEA
(Síndrome X Frágil, esclerosis tuberosa, neurofibromatosis, Síndrome de Angelman,
Willians, Prader-Willi, etc.). Epilepsia.
2.
CONSIDERAR LOS MOTIVOS DE PREOCUPACIÓN DE LOS FAMILIARES
Normalmente
están relacionados con las alteraciones de la comunicación, especialmente la
ausencia del lenguaje oral, no responder a su nombre -o parecer tener problemas
de audición- y no mirar a los ojos. Estos comportamientos van acompañados de
alteraciones en las relaciones sociales (falta de atención, interés o
curiosidad sobre lo que se hace o se dice, relaciones poco adecuadas con otros
niños de su edad y rabietas injustificadas).
3. CONTROL
DEL DESARROLLO MOTOR, ADAPTATIVO Y SOCIOCOMUNICATIVO
Cuando los
familiares se preocupan, tienen normalmente razón, pero la falta de
preocupación no asegura la ausencia de problemas. Por tanto la vigilancia debe
realizarse en todos los niños mediante alguna escala de valoración.
4. VALORAR
LA PRESENCIA DE SEÑALES DE ALERTA
A los12
meses: No balbucea, no hace gestos (señalar, decir adiós con la mano).
A los 18
meses: No dice palabras sencillas.
A los 24
meses: No dice frases espontáneas de dos palabras (no ecolálicas).
Cualquier
pérdida de lenguaje o habilidad social.
NIVEL 2.
DETECCIÓN ESPECÍFICA
Por el
momento, carecemos de biomarcadores específicos o pruebas de laboratorio o
clínicas que identifiquen objetivamente estos trastornos.
Entre los
diversos instrumentos recomendados para la detección específica de los TEA, el
más adecuado para su aplicación en consulta de pediatría en Atención
Primaria es el M-CHAT (Modified Checklist for Autism in Toddlers. Robins et
al. 2001).
Este
cuestionario sirve para detectar niños con alto riesgo de presentar un
trastorno de la comunicación y la socialización, no para diagnosticar autismo. La versión castellana se
denomina M-CHAT/ES (Anexo 1). En estos momentos se está analizando la
viabilidad de un programa de cribado con el M-CHAT (“Estudio de
viabilidad y costes de un programa de cribado de autismo en las áreas de
salud de Salamanca y Zamora”- Consejería de Sanidad: Orden
SAN/1015/2005).
El M-CHAT es
uno de los instrumentos de cribado más utilizados en diversos países. Se ha
desarrollado y validado en EEUU con una muestra de 2.500 niños de 2 años y
presenta una sensibilidad de 0.87, una especificidad de 0.99, un valor
predictivo positivo de 0.80 y un valor predictivo negativo de 0.99. Los
controles realizados 2 años después demuestran que sigue siendo muy sensible y
estable
NIVEL 3.
DERIVACIÓN A LOS SERVICIOS ESPECIALIZADOS
Los niños
considerados de riesgo se derivarán simultáneamente al Equipo de Atención
Temprana del Centro Base perteneciente a su Área de Salud para la puesta en
marcha del Programa de Atención Temprana y a los servicios de Atención Especializada
correspondiente, para realizar el proceso diagnóstico (servicio de pediatría de
referencia, neurólogo, psiquiatra-infantil...).
Es
conveniente informar a las familias de que el proceso de diagnóstico implicará
la participación de numerosos profesionales, lo cual mejorará la fiabilidad del
diagnóstico y de las orientaciones que eventualmente se precisen.
GUÍA para la atención de niños con
Trastornos del Espectro Autista en Atención Primaria
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