10 datos que no sabías acerca del Autismo y el Asperger
Nancy
ChangDecember 01,
2011Familia, Salud y Medicina
1. Hasta hace poco, la esquizofrenia era sinónimo de
autismo.
Una derivación de “autos”, la palabra griega etimológica
para decir “auto” (uno mismo), el término fue acuñado en 1910 por el psiquiatra
suizo Eugen Bleuler, que escribió que un cierto número de sus pacientes mostraron
una “desconexión autista del paciente hacia sus fantasías, donde la influencia
del exterior se convierte en una perturbación intolerable”.
2. Asperger había sido escrito sólo en libros durante 30
años.
El síndrome no fue nombrado como tal sino hasta 1981, cuando
el término fue acuñado por Lorna Wing. Tomó una década más traducir al inglés
el escrito de Hans Asperger de 1938, ”autistic psychopathics”. No fue sino
hasta 1994 que “el síndrome de Asperger” fue introducido en el Manual del
Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM-IV).
3. Asperger no descubrió el síndrome de Asperger.
El trastorno que ahora lleva su nombre fue observado por
primera vez en 1926 en un artículo de investigación llamado “La esquizoide
personalidad de la infancia” por la asistente de un neurólogo llamada Eva
Sucharewa. Sin embargo, el documento fue escrito 1) en ruso, 2) en el momento
del ascenso de Stalin al poder, y, 3) por una mujer; por lo que los resultados
de sus orígenes se ignoran de manera uniforme.
4. La escuela de Asperger para los niños autistas fue
destruida por las bombas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Asperger, con la ayuda de
una monja, fundó una escuela de “psicopatía autista” para los niños. Pocos meses
después de la apertura, el lugar fue destruido, junto con todas sus primeras
investigaciones, y la monja perdió la vida.
5. En los años 60 y principios de los 70, los científicos
creían que el autismo era causado por una falta de empatía materna.
En 1967, tras realizar un estudio en el que se encontró que
las madres de niños autistas presentan mayores casos de estrés y depresión que
las madres de niños regulares, Bruno Bettelheim de la Universidad de Chicago
concluyó que las madres estresadas – a quien comparaba a los guardias de los
campos de concentración – eran la causa del autismo. Uno de los principales
psiquiatras infantiles de ese entonces, Leo Kanner, estuvo de acuerdo en que
los niños autistas eran producto de las madres frías.
6. Los autistas no son capaces de contar cantidades
enormes de objetos inmediatamente.
Este error probablemente se deriva de un estudio del caso de
uno de los primeros pacientes con autismo de Kanner, Donald Triplett, un genio
matemático de Mississippi que, al ser presionado por sus compañeros
adolescentes a contar los ladrillos de un edificio cercano, les daba una
respuesta inmediatamente. Medio siglo más tarde, dos reporteros en el Atlántico
descubrieron que Triplett no había contado realmente los ladrillos, sino que
simplemente dictó un gran número al azar. ¿Por qué mentir? “Yo sólo quería que
los niños pensaran bien de mí”, dijo a los reporteros.
7. La base de la vida real para el personaje de Dustin
Hoffman en Rain Man no era en realidad autista.
Kim Peek, originario de Utah, no tenía cuerpo calloso que
conecta los dos hemisferios del cerebro. Posteriormente fue diagnosticado con
el síndrome de Opitz-Kaveggia, él no era un “autista”, como falsamente afirma
la película.
8. Uno de los investigadores más importantes del mundo
del autismo, está relacionado con el actor que interpreta a Borat.
Es cierto: Simon Baron-Cohen, profesor de psicopatología del
desarrollo en Cambridge y autor de la “ceguera mental” teoría del autismo, es
el primo de Sacha Baron Cohen, protagonista de Ali G, Borat, etc
9. No todo el mundo quiere “curar” el autismo.
Existe una brecha política en la comunidad sobre este tema.
Algunas organizaciones no lucrativas, como Autism Speaks, están explícitamente
“dedicadas a facilitar la investigación mundial sobre las causas, tratamientos
y la cura definitiva para el autismo”, sin embargo, otros grupos se oponen a
esta línea de pensamiento. Aspies For Freedom, por ejemplo, sostiene que “parte
del problema es que lleva consigo la idea de que una persona es de alguna manera
posible de separar del autismo, y que hay una personal “normal” atrapada detrás
de los autistas. Ser autista es algo que influye en la individualidad de una
persona, es decir, el autismo es una parte de lo que somos, por lo que curar a
alguien del autismo sería reemplazar a la persona con otra persona”. Esto
promete ser un debate polémico, ya que el número de autistas sigue creciendo, y
esta generación de niños está por alcanzar la edad adulta.
10. Los padres de niños autistas no tienen más probabilidades
de separarse o divorciarse.
Esa molesta estadística que indica que la tasa de divorcio
de padres de autistas es del 80%, es sólo un mito.
Imagen vía edu-in.blogspot.com
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