Emoción, motivación y conducta/Tdah




III Jornadas ALENHI "Funcionamiento Ejecutivo y Autorregulación de las Emociones en el TDAH"
María del Mar Aller García (Psicóloga Clínica del centro CEPSICAP de León)
Emoción, motivación y conducta
Todo el procesamiento de la información es emocional.
La emoción es el nivel de energía que impulsa, organiza, amplifica y atenúa la conducta.
Pero esta energía es regulada a través de las funciones ejecutivas, quiénes le dan la forma y configuran el comportamiento final.
Los sujetos con TDAH tienen dificultades en el manejo de las emociones, debido a un déficit neurobiológico.
Por ello, están se viven con mayor intensidad y durante más tiempo, llegando a tener incluso explosiones emocionales. En estos casos invaden todo el “sistema” y dificulta el poder atender a otras cosas.
Debido a que los sujetos con TDAH tienden a procesar la información de una forma emocional vs. Racional, para poder aprender de la experiencia necesitan que ésta les haya impactado mucho.
Los estados emocionales en el TDAH
A menudo los afectados por TDAH se les catalogan de excesivamente intensos, o por el contrario de excesivamente apáticos. Esto se debe a que existe un déficit en la regulación de las emociones que en ocasiones se produce por exceso (hiper expresión emocional) y otras por defecto (aplanamiento afectivo).
A menudo observamos que los sujetos con TDAH se muestran muy insistentes y persistentes cuando desean algo, muy eufóricos cuando están alegres, muy sensibles cuando están apenados, presenta reacciones explosivas cuando sienten rabia, y en otra ocasiones no son capaces de manifestar pena, o se bloquean ante el miedo, el sufrimiento, etc.
Estas dificultades en la gestión emocional añadidas a los dificultades en la expresión emocional y las dificultades en la comunicación, hace que las reacciones emocionales a veces sean excesivamente motoras o verbales (explosiones o catarsis emocionales.)
A veces estos estados emocionales tan intensos, provocan trastornos afectivos como trastornos de la ansiedad o estados depresivos.
Por otra parte la MOTIVACIÓN también es una emoción. En ocasiones los TDAH presentan una pasión o una hiperfocalización sobre algo, mostrado un rendimiento extraordinario.
La Motivación es por tanto una estimulación interna, resultado de una necesidad que activa una conducta orientada a satisfacerla.
El factor Común: la emoción es como un virus informático: la emoción ocupa demasiado espacio cerebral, no dejando espacio para otros intereses por prioritarios que sean.
La intensidad emocional reduce la sensibilidad frente a la información adicional relevante.
Los sujetos con TDAH reaccionan de forma exagerada a las emociones negativas como la frustración, el dolor, el sufrimiento, la pérdida, las preocupaciones, etc. Es como cuando en una orquesta los instrumentos de viento tocan muy alto y durante mucho tiempo, que dejan de percibirse el resto de instrumentos y solo se aprecian los de viento.
Dificultad en la autorregulación de las emociones en el TDAH
La función más importante de nuestro lenguaje es crear en la mente un modelo o una imagen del Mundo sobre el que podemos actuar y manejar.
Analizamos cada detalle, establecemos líneas de actuación y anticipamos los resultados que obtendremos, todo ello sin tener que llevar a cabo ninguna acción, simplemente manipulando esa información en nuestra cabeza..
En cada situación podemos elegir el camino que mejor nos parezca antes de seguirlo.
Las emociones condicionan nuestra conducta, si estoy enfadado o preocupado o nervisoso, me será dificil sentarme a estudiar. Si siento rabia, me rebelaré contra las normas, si tengo miedo me costará iniciar una acción novedosa, etc. De tal modo, que nuestro estado emocional regula nuestro comportamiento. Si no somos capacces de regular nuestras emociones no seremos capaces de regular nuestras conductas.
En el TDAH esa función regulatoria “falla”. Por eso, es fundamental entrenar en el manejo del lenguaje interno, es decir en el entrenamiento de las autoinstrucciones :“si me pongo nervioso voy a hacer mal la actividad”, “tengo que intentar no enfadarme porque si no me van a castigar”, “es mejor que no diga esto ahora, porque me puedo meter en un problema”, “aunque no me apetezca, es mejor que pida perdón por lo que he hecho”, etc.
El proceso de entramiento en autoinstrucciones con niños con TDAH es lento y es un proceso muy costoso hasta que llega a automatizarse.
Metafora de conducir
El lenguaje interno y las autoinstrucciones son necesarias cuando queremos aprender a hacer una actividad novedosa. Por ejemplo cuando aprendemos a conducir, al principio necesitamos un profesor a nuestro lado que nos dirija, nos supervise y nos diga qué y cómo hacer, es decir, sería el lenguaje externo, instrucciones desde el exterior. A medida que vamos entrenando y practicando dejamos de necesitar que nos digan que hacer a cada momento y poco a poco vamos interiorizando los pasos a seguir, es decir, nos damos nosotros mismos las instrucciones de cómo actuar (lenguaje interno).
Es importante entrenar y enseñar a estos niños a que generen un lenguaje interno, para que ellos mismos aprendan a secuenciar los pasos necesarios ante una tarea, y al mismo tiempo ese lenguaje interno, refuerce y motive su conducta (“sólo es un paso más”, “recuerda que tienes que seguir bien el órden”, “que no se me olvide al final comprobar que lo he hecho bien”, “si hago este pequeño esfuerzo más, conseguiré lo que quiero”.)
Cuando hemos adquirido ese lenguaje interno, que refuerza y mantiene nuestras acciones, estás se van poco a poco automatizando con la práctica, hasta convertirse en HÁBITOS! (alimentación, estudiar, recoger su cuarto, es forzarse, seguir las normas, etc.)
Repercusion Social de los déficits en el funcionamiento ejecutivo y la autorregulación emocional
Los tdah se les considera “socialmente ineptos”. Los niños con TDAH tienen dificultades para identificar sus propias emociones y las emociones en los demás. Presentan más dificultades que otros niños en atender a las señales sociales y anticipar los resultados y las consecuencias que éstos tendrán en uno mismo y los demás.
Les supone un reto detectar momento a momento lo que está pasando, lo que deben hacer o lo qué tienen que cambiar momento a momento.
Muchas personas con TDAH tienen problemas muy significativos en las relaciones sociales, lo que les provoca problemas de rechazo social, aislamiento forzado, y en ocasiones soledad crónica.
A menudo son vistos, especialmente por los iguales como sujetos apresurados, demasiado intensos en sus emociones y su conducta y/o demasiados rígidos y aisaldos.
Estás dificultades emocionales se correlacionan con esos déficits en la Inteligencia emocional, es decir, en el manejo y la regulación de la emoción y los afectos.
Por ello, es fundamental que cuando se interviene con una afectado por TDAH, los expertos trabajen en el entrenamiento y desarrollo de esta autorregulación emocional, mediante técnicas de canalizacion de la ira, gestión de la alegría y la sobreesciación, entrenamiento en comunicación y lenguaje emocional, técnicas de comunicación asertiva, desarrollo de la empatía, etc., de tal manera que adquieran y desarrollen herramientas que frenen y corrijan esos déficits en el funcionamiento ejecutivo social.




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