Inteligencia Emocional /Síndrome de Down



¿Por qué es importante la Inteligencia Emocional en los niños con síndrome de Down?

Tradicionalmente, en el campo de las necesidades educativas especiales, se ha trabajado enormemente en el desarrollo de la mente racional del niño, pensante, dejando de lado la mente emocional, más impulsiva y aparentemente irracional. Estas competencias intelectuales son un componente importantísimo a desarrollar en los niños con síndrome de Down; sin embargo, es indudable que deben emparejarse con otros contenidos como son el hecho de que el niño aprenda a quererse, a conocerse, a saber relacionarse y a desenvolverse, poniendo en práctica estas habilidades tan importantes en la vida cotidiana para cualquier persona.

La alfabetización emocional, término que hace referencia a los programas concretos que pretenden facilitar un desarrollo de la inteligencia emocional, de las habilidades que tiene una persona para relacionarse de forma eficaz consigo mismo y con su familia, compañeros, profesores u otras personas de su entorno, es importante para cualquier individuo e igualmente válido para una persona con síndrome de Down, aunque con algunas especificidades relativas a sus necesidades concretas. Comunicar sus necesidades con precisión, solicitar ayuda, manejar la ansiedad, tomar un papel activo y controlar su lenguaje o, incluso, acomodar la forma de relación y convivir con compañeros de acuerdo a unas normas, se convierten para estos niños y jóvenes en habilidades básicas a desarrollar y podemos incidir en ellas desde la Atención Temprana.

La Atención Temprana busca potenciar las capacidades de los niños, actuando además en colaboración con las familias y el entorno. De este modo, se estimula el tacto, la vista, el razonamiento lógico, la creatividad, la motricidad. Sin embargo, la persona en su globalidad tiene otras facetas de su personalidad que pueden ser desarrolladas desde edades tempranas. La emocionabilidad y la sociabilidad, por lo tanto, entran en este grupo de capacidades menos intelectuales, aunque igual o más importantes, para el desarrollo de una personalidad armónica y completa.

Un programa específico en inteligencia emocional para los niños y jóvenes con síndrome de Down responderá, por lo tanto, a multitud de cuestiones que todos nos hacemos en el día a día: ¿se sentirán felices?, ¿sabrán salir airosos de situaciones novedosas?, ¿cómo se podrá potenciar su competencia social?, ¿cómo se fomentará que se sientan cómodos y aceptados por los demás y por sí mismos?

Se pretende completar la formación del niño desarrollando hábitos de expresión y comprensión adecuados de emociones y de habilidades interpersonales básicas para su equilibrio social, a la vez que técnicas de autocontrol del comportamiento.

FUENTE  Down 21 Fundación Iberoamericana
 Portada

 

Comentarios