Las habilidades sociales son muy importantes para nuestro
bienestar. Son las columnas para que exista una comunicación efectiva y
satisfactoria, los utensilios básicos para construir y mantener buenas
relaciones con las demás personas. Una carencia o mal uso de estas habilidades
suele llevar a la pérdida de relaciones importantes para nosotros, a que estas
se mantengan de manera conflictiva o a no poder establecer nuevas conexiones
con los demás.
Por su importancia en el bienestar y en el desarrollo
personal las nombraremos a continuación.
1. Interés por los demás. Significa que nos
interesan de verdad las otras personas, lo que tengan que decir, lo que
sienten, lo que les importa, lo que les preocupa. Esta es la habilidad más
básica, sin este interés genuino no hay lugar para una buena comunicación.
"Puedes hacer más amigos en 2 meses
interesándote realmente por ellos, que en 2 años intentando que ellos se
interesen por ti. " Dale Carnegie.
2 Escuchar. Otra habilidad básica,
aparentemente sencilla, frecuentemente olvidada. Escuchar es la mejor manera de
demostrar interés. Implica prestar atención a lo que la otra persona quiera
comunicar, esto es lo que lo diferencia de oír: cuando escuchamos prestamos
atención. Durante la escucha lo que la otra persona está comunicando es
más importante que lo tengamos que decir nosotros. Está basada en el interés,
cuando algo nos interesa le prestaremos atención y la otra persona notará este
interés y atención.
3. Tener una actitud positiva. Es la
habilidad social más importante. Si tenemos interés por los demás y les
prestamos atención, nuestra actitud está bien encaminada, pero va mucho más
allá. Puede ser positiva (cordial, respetuosa, alegre...), neutra (no comunicar
emociones) o negativa (agresiva, crítica, pesimista...). La actitud es nuestro
estado emocional en un contexto, lo que sentimos respecto a algo, la actitud
siempre la estamos comunicando (sobretodo inconscientemente) y es lo que hace
que una persona se sienta más o menos bien interactuando con nosotros. Ya que
las emociones son contagiosas, nuestra actitud o estado emocional dicta el tipo
de energía que aportamos a la interacción. Una persona que tenga una actitud
positiva será, en la gran mayoría de los casos más respetada, valorada y
apreciada. La actitud depende de nuestras creencias, para tener una actitud
positiva es necesario tener creencias positivas, optimistas.
Los grandes comunicadores, la gente "popular" y con
carisma. Se relacionan con los demás de forma que les hacen sentir mejor de lo
que estaban, más allá del contenido de su mensaje.
4. El sentido del humor. Así como el ser capaz de
hablar de temas banales o poco importantes, reflejan una actitud positiva y
relajada y hacen que la otra persona se sienta de igual modo. El sentido del
humor implica interpretar las cosas de forma distorsionada hacia algo
divertido. El buen sentido del humor debe estar basado en la empatía para no
resultar hiriente: entendiendo cómo se siente la otra persona, hacemos un
comentario que rompe la lógica de forma agradable y que hace que la
comunicación sea más relajada y espontánea.
5. La empatía. Significa saber ponernos en lugar del
otro y simpatizar con sus emociones o pensamientos. Significa proximidad
emocional, mostrando comprensión y respeto. Sin juicios de valor, sin
condescendencia, conectar emocionalmente con lo que la otra persona comunica,
dando a entender que comprendemos y aceptamos sus sentimientos.
6. Ser interesante. Es compartir cosas que nos
apasionan o que sabemos que apasionan a las personas con las que nos
comunicamos. Es importante saber cuándo y cuánto hablar de nosotros mismos. Habitualmente
uno puede saber si lo que dice es de interés para la otra persona según la
actitud que muestre a nuestro mensaje. Hay que recordar que ser interesante no
es crear un monólogo (que puede aburrir a la otra persona), es crear un espacio
de interés común.
7. Ser genuino. Significa ser honesto, ser
asertivo (expresar lo que uno siente o piensa realmente sin dañar o
molestar a la otra persona), no mentir, no querer aparentar cosas que no
somos o no creemos. Esta habilidad es muy potente ya que la gente la intuye,
una persona poco auténtica o genuina tarde o temprano generará desconfianza y
rechazo. Cuando somos genuinos estamos comunicando que nos aceptamos como
somos y este aspecto genera respeto y nos hace creíbles, logrando que la gente
le dé importancia a lo que comunicamos.
8. Confiar en uno mismo. Básicamente estar relajado.
Esta habilidad es difícil si nuestra autoestima no es buena, si nos importa
mucho lo que otras personas puedan pensar de nosotros. Confiar en uno mismo
significa aceptarnos como somos y valorarnos positivamente. Cuando
confiamos en nosotros mismos nos mostramos como somos, sin máscaras, de forma
relajada y fluida. Esta es una de las habilidades más atractivas y magnéticas
para los demás. Para ser un buen amigo para los demás hay que ser,
primero, un gran amigo con uno mismo.
9. Buen lenguaje no verbal. Actualmente se
considera que sólo un 7% de lo que comunicamos en una interacción, lo
comunicamos por vía verbal. Esto significa que el 93% restante de cómo nos
comunicamos depende de nuestra comunicación no verbal, esto es principalmente:
el lenguaje corporal y el tono de voz. Más adelante se comentará acerca del
lenguaje corporal, de momento lo que hay que recordar es que el lenguaje
corporal es el mensajero de nuestra actitud y emociones verdaderas. Si nuestra
actitud es positiva y hay honestidad entre lo que expresamos y cómo nos
sentimos realmente, entonces el lenguaje no verbal será bueno.
10. Saber manejar las críticas. Casi siempre incómodas
e inevitables, la mejor receta rápida para manejar las críticas es escucharlas
sin darles excesiva importancia. Las críticas suelen contener una pequeña
porción de información acertada y útil, pero en mayor medida son un reflejo de
las frustraciones del que critica consigo mismo o su vida, un reflejo de su
estado emocional. Por lo tanto no es aconsejable tomárselas como una ofensa
personal. Confianza en uno mismo, asertividad respetuosa y una pequeña
reflexión sobre qué pueden tener de cierto, es todo lo que tenemos que hacer al
recibirlas.
11. Autocontrol. Controlar nuestras emociones, no
dejarse llevar por ellas, mantener la concentración en lo importante. Es un
músculo que se desarrolla con la práctica.
12 . Cuidar nuestras relaciones actuales. Mantener
contacto con las relaciones importantes para nosotros. Una persona socialmente
habilidosa no sólo consigue establecer nuevos vínculos positivos con otras
personas, sino que mantiene los que ya ha establecido. Es de suma importancia,
ya que nuestra felicidad y confianza personal, están muy influenciadas por
la calidad de nuestras relaciones afectivas actuales.
Steve Pavlina, autor norteamericano de desarrollo
personal, habla de la práctica como la mejor forma de desarrollar, mantener y
mejorar estas habilidades.
“Con la práctica desarrollarás más comodidad en situaciones
sociales variadas, y cuando estás cómodo, serás tú mismo de manera natural. Y
ésa es la base de la comunicación interpersonal efectiva- tan sólo sé tú mismo
y siéntete perfectamente tranquilo con quién eres y lo que traes a una
conversación. Cuando te sientes totalmente confortable con quien eres, tu ego
se disuelve. Ya no piensas en ti mismo, qué aspecto tienes, cómo suena lo que
has dicho, etc..." Steve Pavlina.
"Estoy convencida de que la actitud es la clave para el
éxito o el fracaso en casi todos los aspectos de la vida. Tu actitud -tu
perspectiva, tu opinión, cómo te sientes contigo mismo y respecto a los demás-
determina tus prioridades, tus acciones y tus valores. Tu actitud determina
cómo interactúas con otras personas y cómo interactúas contigo mismo.” Carolyn
Warner
“Tal vez olviden lo que dijiste, pero nunca olvidarán cómo
les hiciste sentir.” Carl W. Buechner
Fuente: sinergiaemocional.webs.com/
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