¿Cómo pueden potenciar los padres la autoestima de un niño?
Evitar hacer comparaciones entre los hijos. En toda
comparación siempre hay alguien que sale perdiendo, y este tipo de mensajes son
muy negativos para la autoestima del niño que se siente a la sombra de su
hermano.
Las caricias
positivas remiten a los gestos de afecto. Dichas caricias pueden ser físicas o
emocionales. Un abrazo o un beso es una muestra de expresión corporal. Sin
embargo, existen caricias verbales que llegan de una forma directa al corazón
de cualquier niño en forma de bienestar emocional. La caricia más positiva es
decirle: “Te quiero mucho”. El amor nunca debe darse por supuesto, por ello,
conviene superar la barrera que a veces causa el pudor.
El juego no sólo es una forma de entretenimiento, sino
también un excelente estímulo a nivel emocional para alimentar la autoestima de
cualquier niño. Por ello, cualquier pequeño se alegra cuando sus padres juegan
con él. Existen actividades muy placenteras que favorecen el contacto con la
naturaleza: andar en bicicleta, realizar una excursión, salir al parque, hacer
deporte… Te proponemos una película interesante que puede servir de reflexión
para mostrar cómo se siente un niño cuando su familia no tiene tiempo para
estar con él por motivos de trabajo: ‘Diario de una niñera’.
Para alimentar la autoestima de un niño es positivo que
tenga un contacto regular con otros miembros de la familia. Especialmente, con
los abuelos. Los abuelos se han convertido en un soporte emocional firme en
tiempos de crisis, ya que cuidan de los peques durante muchas horas a la
semana. Sin embargo, algunos expertos aseguran que conviene poner límites a
esta situación para no caer en el rol del abuelo esclavo o abuelo canguro.
Existen hábitos
familiares que ayudan a crear un hogar gratificante: la comida y la cena es un
momento para compartir. Por ello, en caso de que por motivos de horarios sea
imposible comer todos juntos entre semana, entonces, es recomendable poder
hacerlo el fin de semana. Además, conviene recordar que la televisión es un
medio de entretenimiento, por ello, debe estar apagada la mayor parte del día.
Por supuesto, no hay mejor forma de despedir el día que leer un cuento de
buenas noches al niño.
Conviene cambiar el
modelo educativo para pasar de la crítica constante al elogio. En general, los
padres riñen a sus hijos cuando no obedecen, pero en cambio, no dedican la
misma atención a elogiarles cuando se comportan del modo correcto, obedecen,
comen solos, recogen la mesa, limpian su habitación… Para que el niño tenga
claras dichas normas es útil ponerlas por escrito en una cartulina colocada en
un lugar visible de la casa.
Existe un error muy
grande en la sociedad actual: confundir el ser con el tener. A veces, se
pretende cubrir con el materialismo cualquier vacío emocional que pueda tener
un niño. Intenta no caer en él.
Los niños también
pueden asumir responsabilidades de una forma acorde a su edad. En la casa,
pueden hacer estas tareas a partir de los siete años: poner la mesa, recoger su
cuarto, doblar su ropa…
Es indispensable crear un ambiente ordenado con unos
horarios marcados para que el niño tenga interiorizada una rutina que le da
bienestar y seguridad. El fin de semana es el espacio para el tiempo de ocio,
por ello, los niños pueden acostarse más tarde y ver la tele. La televisión
también es un buen instrumento educativo siempre que se utiliza con un criterio
adecuado. Los niños sólo deben ver películas adaptadas a su edad, que
transmitan valores humanistas y nada de violencia.
Si un niño tiene un
problema de inseguridad y de autoestima muy elevado, entonces, es posible que
haya que recurrir a que haga terapia. En ese caso, se debe buscar un psicólogo
que esté especializado en temas de infancia.
Fuente: Web consultas. Tu centro médico online
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