Acoso escolar: cómo evitar que tu hijo participe

 

 

 

El acoso escolar: cómo evitar que tu hijo participe



El acoso escolar es un fenómeno que involucra tanto al agresor como a la víctima y los espectadores. En casa, ¿cómo puedes preparar a tu hijo para que no sea parte de este escenario en la escuela?

Evita que tu hijo sea agresor.

En casa, asegúrate que todos tus hijos tengan acceso a la atención que necesitan. No demuestres preferencia por ninguno de ellos, ya que estas actitudes provocan sentimientos de enojo e inseguridad.
 
Un niño que no logra el cariño de sus papás por su simple existencia puede llegar a ser un bully en potencia, llamando la atención por la fuerza. También es importante no permitir que tu hijo logre lo que quiere por medios inadecuados (gritando, exigiendo, insistiendo).

  Un hogar donde reina la violencia enseña a los hijos a imponer su voluntad por medio del miedo y la intimidación. En tu casa asegúrate que haya un ambiente de sano intercambio de opiniones, de respeto a todos por igual, y de paz y harmonía.

Evita que tu hijo sea víctima.
No acostumbres a resolverle todos los problemas, ni a sobreprotegerlo. Desde pequeños, los niños necesitan sentir la confianza de sus padres en su habilidad de enfrentar retos.

Deja que tu hijo haga su propia tarea, escoja sus propios amigos y cometa sus propios errores para que se vaya fortaleciendo su sentido de eficacia. Entre más práctica tenga en cumplir con pequeñas expectativas sin tu ayuda, más se sabrá capaz de tener éxito en manejar su medio.

Ayuda a tu hijo a fortalecer sus áreas débiles con la práctica de algún deporte de equipo en la escuela. La disciplina de usar bien el cuerpo le dará seguridad, y el trabajo en equipo le ayudará a ser una parte integral de su grupo escolar.
Haz un hábito para tu hijo que invite a un amigo a casa cada viernes para que se estrechen los lazos de amistades sanas.

Evita que tu hijo sea espectador.

Es reprobable mirar el maltrato y permitir que continúe. El papel de los espectadores en el bullying es clave. La fuerza del agresor se mide por el público que convoca.

En casa, enseña el valor de la justicia y la integridad. No permitas el chisme malicioso, y haz una regla no hablar de los que no están presentes para defenderse.

Fortalece la  autoestima de tu hijo para que no tenga miedo de pararse solo a dar su opinión. Cuando los amigos de tu hijo están en tu casa, no permitas las malas palabras, la violencia ni los chismes.

Si tu hijo se acostumbra a un ambiente de respeto en casa, no será presa fácil ni seguidor ciego de ningún agresor en la escuela.

Fuente:http://www.about.com/espanol/

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