Las emociones positivas tienen el poder de deshacer los
efectos fisiológicos de las emociones negativas, por ejemplo disminuyen la
ansiedad. Son creadoras de recursos personales y sociales, destacan
aquellas cosas que están funcionando en nuestra vida y son congruentes con
nuestros diversos objetivos.
La Psicología Positiva destaca las siguientes
emociones positivas:
Admiración:
Se despierta ante aquellas personas que poseen una capacidad
y un talento que nos puede servir de inspiración, de modelo a seguir.
Alegría:
Si sentimos alegría es porque logramos lo que queríamos, es
sinónimo de satisfacción personal. En los momentos de alegría es cuando nos
sentimos más seguros y abiertos a nuevas experiencias y oportunidades.
Situaciones para estar alegres pueden ser muchas, como el compartir una cena
con amigos, enterarse de una buena noticia, que reconozcan nuestra labor.
Orgullo:
A diferencia de la creencia popular el orgullo no es algo
malo, no lo confundamos con la soberbia. Los logros implican sacrificio de
nuestra parte, como por ejemplo sacrificio de tiempo, inversión de paciencia,
superar obstáculos diversos.
Cuando nos sabemos capaces de lograr cosas, vamos a
incrementar nuestra confianza para futuras aventuras y desafíos.
Gratitud:
Estar agradecidos por los grandes, pequeños y medianos
detalles de nuestra rutina nos coloca en un estado de ánimo alegre y pleno. La
gratitud también tiene que ver con ser agradecidos con los demás, con aquellas
personas que nos han demostrado su amor o su interés en diversos momentos y
esta gratitud tiene el poder de profundizar relaciones.
El perdón:
Tan importante como tener la capacidad de perdonar a los
demás, es la capacidad para perdonarse a uno mismo. A veces nos cuesta perdonar
a otros directamente. Lo que tenemos que tener en cuenta es que el perdón es
necesario porque nos libera de una carga negativa.
El perdón es un proceso interno, yo decido liberarme de esta
rabia para seguir tranquilamente con mi vida. El perdón no es tanto para la
otra persona, sino para nosotros. Es dejar ir el odio, es dejar ir el recuerdo
de algo injusto. Es volver a tomar control sobre nuestras emociones y decidir
enfocarnos en nuestro presente y en nuestro futuro.
Humor:
Generar buen humor o estar involucrado en actividades que
nos generan risa es algo muy positivo. El buen humor nos aleja de la ira, la
culpa y demás emociones negativas, nos ayuda a ver las cosas desde una mirada
más relajada y a afrontar las dificultades de la vida más como un juego de
aprendizaje que como una amenaza paralizante. Cuando nos reímos liberamos
endorfinas, nos sentimos más distendidos, una buena carcajada fortalece el
sistema inmunológico y reduce las hormonas que pueden causar tensiones. La risa
provoca efectos catárticos y procesos de relajación general de los músculos del
cuerpo. También regula el ritmo cardíaco, baja la presión arterial y mejora la
inmunidad. Es un factor protector de la salud. La risa es tan poderosa que
incluso si la fingimos podemos obtener estos beneficios.
El saboreo:
Tiene que ver con disfrutar a pleno cada experiencia y cada
recuerdo. ¿Cómo podemos incrementar el disfrute por nuestras experiencias?
Hay pequeños ejercicios que nos pueden ayudar así que tomen
nota:
- Compartir
con otras personas: Busca personas con las cuales compartir tu
experiencia, exprésales el valor que tuvo para ti ese momento.
- Guardarlo
en la memoria: Tomar fotografías, recuerditos físicos.
- Autoelogio.
Recuerda con entusiasmo y orgullo lo sucedido, recuerda lo importante que
fue, si estuviste tiempo esperando ese momento, si tomó planificación. Es
un verdadero logro, no lo olvides.
- Agudizar
la percepción: Resaltar lo bueno, los detalles de la situación.
- Ensimismamiento:
Perderse en el recuerdo o en la experiencia que estás viviendo, no
pensar en nada más que en eso, no importa que ocurrirá después, solamente
existe ese momento
El amor:
Tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos. Sé que
muchas personas confunden esto también con egoísmo, pero nada está más alejado
de la verdad. El amarse a uno mismo es fundamental porque todo comienza en
nosotros. Hay un dicho que dice que no podemos dar lo que no tenemos, y si no
nos preocupamos por cuidarnos, por nutrirnos, por aprender, por querernos,
¿cómo vamos a esperar eso de los demás entonces? Todo comienza en nuestro
interior.
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