Cómo ayudar con las tareas

CÓMO AYUDAR AL NIÑO EN LOS DEBERES

Los deberes escolares que los chicos hacen en casa, muchas veces se convierten en una situación conflictiva entre padres e hijos.

Para ayudar a no convertir esta situación en algo no solo “no conflictivo” , sino en una situación provechosa y hasta placentera, es recomendable establecer ciertas reglas, desde el comienzo del ciclo escolar, para organizarse mejor y poder aprovechar el tiempo compartido y de aprendizaje. Algunas de estas “reglas” hasta pueden pautarse con los chicos de comun acuerdo, para hacerlos más participes de la actividad.

RECOMENDACIONES GENERALES.

  1. En los primeros cursos, preguntar diariamente al niño por los deberes, revisar con él sus cuadernos (aprovechar para felicitarle por su trabajo) y comprobar que tiene los deberes anotados. Conforme el niño va adquiriendo autonomía estas comprobaciones pueden espaciarse en el tiempo.
  2. El lugar de estudio: Una regla básica es no hacerlos delante de la televisión, ya que es una fuente continua de distracciones. Se necesita además un lugar tranquilo, con buena iluminación, materiales de trabajo, etc.
  3. Es importante consolidar el hábito de realizar los deberes diariamente. El día que el niño no lleve deberes puede dedicar al menos algunos minutos a la lectura, organizarse el cuaderno, buscar información sobre algún tema, etc.
  4. En relación a cuándo hacer los deberes, no existe una hora más adecuada que otra. Sería preferible llegar a un acuerdo con el niño sobre el momento de llevarlos a cabo.
  5. Ese momento sí debería respetarse y ser el mismo todos los días para favorecer el hábito.
  6. Si se ha elegido realizarlos después de la cena, habría que tener en cuenta que el tiempo para hacerlos debería permitir media hora de juego y/o actividades relajantes antes de irse a la cama.
  7. Por lo que respecta a la cantidad de tiempo que un niño debería dedicar a los deberes, depende de la capacidad y actitud de cada niño. Pero sobre todo los deberes no deberían suponer una carga excesiva para ningún niño, que ya ha tenido una larga jornada escolar.
  8. También habría que tener en cuenta el esfuerzo que le suponga al niño. En general, a los niños que presentan dificultades se les debería facilitar más la tarea. Hay que evitar que, además de fracasar en el colegio, tengan "más de lo mismo" al llegar a casa.
  9. Hay que procurar que, dentro de lo que supone una actividad que puede ser difícil para el niño, éste disfrute con la tarea y/o con su consecución o logros alcanzados. Los padres pueden facilitar esto animando al niño.
  10. Niños con dificultades de atención pueden necesitar periodos breves de descanso y/o juego después de acabar una actividad y antes de iniciar la siguiente.
  11. Marcar con el niño el tiempo máximo que puede estar haciendo los deberes. Es preferible que si algún día ha hecho el remolón, se interrumpa cuando ha acabado el tiempo y que se enfrente al día siguiente con su responsabilidad por no haberlos acabado. De ninguna manera debe plantearse un tira y afloja que ocupe gran parte de la tarde o vida familiar.
  12. Para aumentar progresivamente el tiempo que el niño es capaz de estar con los deberes puede resultar útil el hacer un gráfico con él y que vaya anotando cómo aumentan los minutos de dedicación a la tarea. Establecer algún pequeño premio motivará al niño a mejorar.
  13. Sería preferible que fueran los dos padres los que se interesaran y/o apoyaran al niño; así aumentará la motivación de éste hacia las tareas.
  14. En cuanto a la ayuda que se le presta, no hay que olvidar que los padres no han de ejercer de profesores sino de padres. Su función sería ayudarles a organizarse, controlar el ambiente, animarles, ayudarles en algún momento más difícil y hacerles ver que si no son capaces de hacer algo pueden recurrir a la ayuda del profesor al día siguiente.
  15. Si el niño necesitara ayuda para organizar los deberes podemos ayudarle a dividirle la tarea en partes. Igualmente ayudarle a planificar el tiempo en momentos de exámenes o en tareas en las que se da un plazo más o menos largo de entrega.
  16. En los primeros años el adulto puede estar en el mismo lugar donde el niño hace los deberes, aunque haciendo otra cosa, con la idea de ayudarle en algún momento a centrar su atención. Pero con paso del tiempo se le debe dar mayor autonomía.
  17. No es conveniente darle la solución a las preguntas o problemas planteados; es mejor proponerle preguntas y/o pistas que le acerquen a la respuesta correcta, pero debe ser él el que llegue a la solución.
  18. Mantener una actitud positiva ante su esfuerzo, resaltando sus logros aunque sean pequeños, elogiando su actitud aunque los resultados no sean totalmente satisfactorios. Si valoramos de manera positiva el esfuerzo que le supone y los pequeños logros que vaya alcanzando estimularemos también su interés y esfuerzo hacia las tareas.
  19. Si el niño no fuera capaz de hacer los deberes sólo, entonces deberíamos hablar con su maestro (psicopedagoga u otro miembro del ¨gabinete¨ escolar), por si necesitara algún apoyo en el colegio.
  20. Si aún así el niño necesitara ayuda, aunque algunos padres tienen tiempo y paciencia suficientes para prestarles un apoyo adecuado, en general sería aconsejable la ayuda de un profesional.
  21. No criticar el resultado de lo que el niño haya hecho, ya que eso perjudicaría la relación con el niño y podría desmotivarle. Es mejor centrarse en lo positivo, sin olvidar que es el maestro el que tiene que valorar lo realizado y que los deberes no tienen por qué llegar perfectos.
  22. Si algún día el niño se negara a realizar los deberes hay que ser consistentes en aplicar las consecuencias acordadas previamente con él.
  23. Recordar al niño que debe anotar los deberes todos los días y llevar a casa el material que necesite para hacerlos.
  24. Animarle a llamar a algún compañero cuando tenga dudas sobre qué deberes hay que llevar al día siguiente.
  25. El niño debe disponer de tiempo a lo largo de la tarde para jugar, para el ocio y para la convivencia con padres y hermanos, por lo que como se ha indicado, los deberes sólo deben ocupar una parte (pequeña) de la tarde.
  26. Por el contrario, si los deberes llegaran a ocupar mucho tiempo el niño podría llegar a odiarlos, con lo que se perderían en gran medida los efectos beneficiosos de las tareas para casa.
  27. También le ayudamos si somos un modelo de conducta para ellos: también los adultos tienen sus tareas en casa, dedican su tiempo a la lectura, etc."
Fuente: www.psicologoescolar.com
                        http://portal.psicoespejo.com.ar/
 

Comentarios