Ministerio de educación, cultura y deporte de España
Dificultades sociales
Las habilidades sociales son
otro de los grandes problemas de las y los estudiantes con TDAH, siendo más
pobres y conflictivas, Esto no significa que ineludiblemente todos/as tengan
dificultades sociales, ya que muchos cuentan con un número cuantioso de amistades,
aunque sí es verdad que las dificultades en la interrelación con los otros son
bastante habituales, sobre todo en niños, niñas y adolescentes con un TDAH
predominantemente hiperactivo-impulsivo. Según el Dr. Russell A. Barkley, entre
un 50 y un 70% de las personas con TDAH pueden tener problemas a la hora de
relacionarse y, cerca de un 70% no tienen un "mejor amigo" a los 9
años. Y es que las dificultades sociales tienen una relación directa con la
sintomatología propia de este trastorno. La hiperactividad, la impulsividad y
la inatención, la escasa reflexividad, la alterada memoria de trabajo o la
dificultad para regular las emociones, etc. dificultan:
- La
asimilación y generalización de las normas, que hacen difíciles, tanto las
situaciones de juego como las de convivencia. Los niños y niñas con TDAH
parecen no aprender las normas y que son poco respetuosos con ellas, por
lo que se les castiga y alerta continuamente. La realidad es que les
cuesta interiorizarlas y necesitarán más tiempo, persistencia y más
refuerzo positivo que sus pares para lograrlo.
- La
interpretación de los signos sociales y el ejercicio de la empatía. Tienen dificultades para identificar
las emociones ajenas y les suelen atribuir un significado malintencionado
o agresivo. A esto hay que añadir la impulsividad de sus respuestas. Por ejemplo,
si el profesor/a les pregunta si han hecho los deberes, pueden contestar
de manera brusca y agresiva con un "¿por qué no iba a traerlos?,
¿crees que soy un vago?"; de la misma manera, un empujón accidental
de un compañero/a puede tener para ellos una intención maliciosa.
- Los
niños y niñas con TDAH no manejan sus emociones adecuadamente. Sus reacciones son exageradas cuando
tienen que controlar tanto sus emociones negativas, acompañadas
frecuentemente con sentimientos de frustración, como las positivas
cargadas de excitabilidad. Las situaciones poco frecuentes y novedosas,
como salir al recreo, ir de cumpleaños o de excursión, les produce este
tipo de descontrol. Igualmente, cuando las cosas no salen como ellos
esperan, debido a su baja tolerancia a la frustración, se enfadan
desmesuradamente pudiendo llegar a manifestarlo con accesos intensos de
rabia y/o agresividad.
- Son
niños/as muy dependientes, con necesidad de reconocimiento social pese a
que lo consigan de manera negativa.
Por ello, no dudarán en dar la nota en cualquier situación, aunque se les
reprenda. Tampoco reconocerán su culpa en las discusiones, ni serán
conscientes de que su conducta puede haber sido excesivamente impositiva y
autoritaria. Como consecuencia de esta serie de comportamientos, sus
compañeros y compañeras evitarán jugar con ellos o sentarse a su lado en
clase, agravándose así las circunstancias y quedando discriminados y
aislados.
- La
demora de la gratificación y de los objetivos. Los niños, niñas y adolescentes con
TDAH requieren objetivos y gratificaciones a corto plazo. Por esta razón,
tampoco serán capaces de guardar un secreto o de hacer promesas. Su
impulsividad y la aversión a la demora hacen que rechacen todo aquello que
implique esperar a lo largo del tiempo, porque les supone mucho esfuerzo y
requiere de entrenamiento, reflexión y planificación, habilidades de las
que no disponen.
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