La autoestima es una ACTITUD hacia uno mismo.



La autoestima es una ACTITUD hacia uno mismo.Es la forma habitual de pensar, amar, comportarse y sentirse consigo mismo. En el ámbito infantil o juvenil podemos diferenciar cinco áreas:

1. Área social: sentimientos del niño o adolescente sobre las relaciones con sus amigos.

2. Área académica: qué piensa de su faceta como estudiante.
3. Área familiar: cómo se siente como parte integrante de su familia.
4. Área individual: la imagen corporal. Cómo ve su aspecto físico o sus capacidades físicas.
5. Autoestima global: valoración general que hace de sí mismo.
PERO, ¿ES INNATA LA AUTOESTIMA?
No, la autoestima es adquirida y se genera como resultado de la historia de cada persona. Es el fruto de una larga secuencia de acciones y pasiones que van configurando al individuo en el transcurso de su existencia.La autoestima constituye el núcleo de nuestra personalidad, y es fundamental que padres y educadores seamos conscientes de ello.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Porque LA AUTOESTIMA CONDICIONA EL APRENDIZAJEY lo hace hasta límites insospechados. Influye en que los umbrales de la percepción estén abiertos o cerrados, que una red interna dificulte o favorezca la integración de la estructura mental o que se generen energías más intensas de atención y concentración.

Aquí reside, en buena parte, la causa del elevado fracaso escolar. Es habitual la impotencia y decepción en sus estudios de los niños o adolescentes con un nivel bajo de autoestima. A su vez, las nuevas experiencias negativas refuerzan el autodesprecio, cayendo así en un círculo vicioso autodestructor. Las bajas calificaciones, los comentarios negativos de los padres, los profesores y los propios compañeros determinan un autoconcepto nocivo que aplasta al estudiante como una pesada losa.

Porque LA AUTOESTIMA SIRVE PARA SUPERAR LAS DIFICULTADES PERSONALES. Cuando un alumno o cualquier persona goza de autoestima es capaz de afrontar los problemas que le sobrevengan. Dispone dentro de sí de la fuerza necesaria para reaccionar y superar los obstáculos.
Porque LA AUTOESTIMA FUNDAMENTA LA RESPONSABILIDAD. Sólo se compromete el que tiene confianza en sí mismo, el que cree en sus aptitudes; y, normalmente, encuentra en su interior los recursos necesarios para superar las dificultades inherentes a su compromiso.
Porque LA AUTOESTIMA APOYA LA CREATIVIDAD. Una persona creativa sólo puede seguir siéndolo si tiene fe en sí misma, en su originalidad y en sus capacidades.
Porque LA AUTOESTIMA DETERMINA LA AUTONOMÍA PERSONAL. Es necesario desarrollar una autoestima positiva para alcanzar los principales objetivos de la educación: formar alumnos autónomos, autosuficientes, seguros de sí mismos, capaces de tomar decisiones y de aceptarse a sí mismos, es decir, que se sientan a gusto consigo mismos, encuentren su propia identidad en la crisis de independencia de la adolescencia y sepan autoorientarse en medio de una sociedad en permanente mutación.

Porque LA AUTOESTIMA POSIBILITA UNA RELACIÓN SOCIAL SALUDABLE. El respeto y el aprecio hacia uno mismo constituyen la plataforma adecuada para relacionarse con las demás personas. Todos los que se acerquen a nosotros se sentirán cómodos, porque irradiaremos un ambiente positivo en nuestro entorno.

Porque LA AUTOESTIMA GARANTIZA LA PROYECCIÓN FUTURA DE LA PERSONA. Ante los fantasmas de una Tierra que marcha hacia su agotamiento, de un abismo creciente entre los países desarrollados y los subdesarrollados, de un racismo que destila odios, de una civilización de masas manipuladas,… es necesario educar una juventud portadora de esperanzas.
Es desde la consciencia de sus propias cualidades desde donde la persona se proyecta hacia el futuro. Se autoimpone unas aspiraciones y unas expectativas de realización, se siente capaz de perseguir metas superiores, surgen en ella la esperanza y la fortaleza necesarias para alcanzar unos bienes difíciles. Además, puede conjurar la desesperanza y transmitir convicción en el porvenir de cuantos la rodean.
“La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir, yo me siento tan abajo que en vez de subir bajo al otro”  (Papa Francisco)
¿CÓMO EDUCAR LA AUTOESTIMA?
Si la participación de la familia en la enseñanza es necesaria, lo es mucho más en la educación de actitudes como la autoestima. La familia es la primera responsable de esta tarea y, de hecho, es la principal configuradora del niño. Muchas son las razones que la sitúan como fundamento de toda la estructura actitudinal de la persona, pero ello no significa que la formación de las actitudes básicas sea privativa del ámbito familiar. Maestros expertos y preparados deben suplir y complementar las limitaciones familiares.
Las siguientes directrices nos pueden servir a los padres de orientación para fortalecer la autoestima de nuestros hijos:
1. El niño o adolescente ha de sentirse un miembro importante dentro de su familia, por la forma en que se le escucha, se le consulta, se le responsabiliza, se valoran sus opiniones y aportaciones.
2. Ha de percibir una comunicación fluida y profunda con sus padres, no sólo porque lo escuchen, sino también porque comparten con el sus vivencias y experiencias como adultos, su vida pasada, sus expectativas, etc.
3. Necesita estar orgulloso de su familia para sentirse seguro.
4. Necesita ser respetado y tratado con delicadeza y atendido en sus pequeños problemas.
5. Los padres deben valorar positivamente las características singulares, diferentes, raras, inconformistas de sus hijos. Éstos necesitan sentirse felices de ser únicos, irrepetibles. nos referimos a las singularidades positivas. Si el niño no se percibe diferente por sus cualidades, buscará identificarse con actitudes y conductas negativas, que lo distingan de los demás.
6. Los padres que desaprueban frecuentemente a sus hijos, les introyectan una imagen pesimista de sí mismos que es contraproducente. Es mucho mejor elogiarlos en todas las conductas buenas que observen, aunque estas sean pequeñas e insignificantes.
7. Los padres deben celebrar los éxitos de sus hijos por pequeños que parezcan y en cualquier terreno en que se produzcan. Esto es importantísimo para arraigar su autovalía personal.
8. Es preciso que dejen de ser superprotectores. Han de aceptar que vale la pena pagar el precio de pequeños errores, a cambio de su maduración en la responsabilidad, la libertad y la conciencia de las capacidades de sus hijos.
9. Deben confiar a sus hijos las tareas domésticas que estén a su alcance. Así se sentirán importantes y necesarios.
10. Es decisivo que los padres sean buenos modelos de autoestima. La influencia del modelo en el niño es honda y duradera. Más que las palabras, son los comportamientos paternos los que configuran y marcan su impronta.
11. Los hijos deben animarse a expresar las ideas, aunque sean diferentes o contrarias a las de sus padres, y éstos han de demostrarles que se los valora y acepta con el mismo respeto y cariño.
12. Si el niño realiza un trabajo, los padres no deben dirigirlo minuciosamente, sino permitir que lo haga a su manera.
13. No deben ridiculizarlo, ni avergonzarlo. Cuando haya obrado mal y merezca una corrección, hay que salvar siempre la buena fama de la persona, al mismo tiempo que se condena su mal comportamiento en concreto.
14. El orden, la limpieza y la disciplina familiares deben ser flexibles y ceder el paso cuando chocan con las expresiones creativas de los hijos. Demasiada rigidez aplasta la iniciativa y la inventiva creadora.
15. Hay que demostrarles el afecto con palabras y gestos oportunamente. Con frecuencia olvidamos el lenguaje mágico de las caricias adaptadas a la edad del hijo. “Te quiero”, “eres maravilloso”, la sonrisa, guiñarle un ojo, darle un abrazo, un beso, etc., infunden seguridad y valor.
16. Los padres deberían hacer lo posible por conocer a los amigos de sus hijos y permitir que le visiten y se reúnan en casa, manifestando que se les aprecia. Los amigos son muy importantes para los niños.
17. Los padres deben dejar que los hijos organicen y decoren su habitación y sus pertenencias a su gusto.
18. Los padres deben procurar que sus hijos conozcan y traten a personas valiosas. Que se relacionen con modelos estimables. Hay que hacer lo posible por acercarlos a buenos maestros, científicos, artistas, benefactores sociales, etc., y estimular la lectura de las grandes figuras históricas. Si alguna vez se proyecta una película sobre alguno de esos personajes es interesante verla, como, por ejemplo, la vida de Gandhi, de Mozart, de Martin Luther King, etc.
Es evidente la proyección de la autoestima en todo el comportamiento escolar, familiar y social.
Niños que pueden ser indisciplinados, payasos, alborotadores, etc., porque esa es la imagen que ellos viven de sí mismos y que muchas veces se ve reforzada por sanciones imprudentes, experimentan un cambio sorprendente cuando se consigue reflejar en ellos un autoconcepto elevado.
Se pueden observar cambios en niños considerados problemáticos si son tratados teniendo en cuenta sus cualidades y valores positivos: cambian las conductas inadaptadas y se comportan de una manera más madura.
Fuente: EDUCAR LA AUTOESTIMA de José Antonio Alcántara (Ediciones CEAC)

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